Los péptidos pueden presentar efectos secundarios leves como: dolor de cabeza, calor en el cuerpo, mareo. Sólo en casos muy aislados y en personas que nunca se habían suplementado de ninguna forma.
Los péptidos no deben ser empleados por personas que presenten patologías como cáncer, tumores o problemas de la tiroides, ya que, como análogos de hormona del crecimiento pueden generar un entorno anabólico en el cuerpo que puede ser desfavorable en dichos casos.